Por Casandra Maggio.
Es 18 de diciembre de 2022. Te levantás y sabés que algo pasa, pero todavía no sos capaz de creerlo. Horas más tarde, te asalta la noticia como una estampida sin previo aviso: Argentina es campeona del mundo 36 años después. Y en el momento de pronunciar esas palabras, notás como la piel se eriza y se para el tiempo. Se te acelera el corazón y se acentúa el nudo irrompible en la garganta de la emoción. Las inmensas ganas de llorar llegan y te dan ganas de sacar todo lo que llevas dentro. Y pensás, lo logramos…
72 horas tuvieron que pasar para que sea capaz de articular una frase coherente. 72 horas donde el orgullo de pertenecer a un país se convirtió en el tema central de conversación. 72 horas de pura emoción y sentimiento en el que la felicidad de toda una comunidad dependió durante un mes de tres colores: blanco, azul y amarillo; dependió de once hombres corriendo atrás de una pelota para anotar gol, dejándose la piel para traer el ansiado trofeo a casa. A nuestra casa.
36 años después, lo logramos, Diego. 4 años después, te lo merecés, Lionel Andrés Messi Cuccitini. Te lo merecés vos y todos los argentinos que confiamos desde el primer día. Nos lo merecemos porque luchamos, sufrimos y los bancamos en todas y cada una de las cagadas que se mandaron y, sobre todo, en las que nos alegraron.
Un país en el que el futbol se siente en la sangre, en el que la rivalidad desaparece para convertirse en hermandad. En el que dos fanáticos del futbol de diferentes equipos tan rivales se convierten en amantes del futbol argentino. Desde chiquitos nos inculcaron el amor por este deporte, la pasión que se transmite y el inigualable lema de “no lo entenderías”. Hace dos años nos dejó “la mano de Dios”. Pero desde ese día nos acompañó, nos ayudó y “nos alentó desde el cielo”, dijo Messi.
Vos, que estás leyendo esto, decime si no se te llena el corazón de orgullo y se te llenan los ojos de lágrimas al pensar que conseguimos la tercera estrella. Decime que no cantaste a todo pulmón “muchachos”. Dale, decímelo. No podés. No podés porque, aunque no seas argentino, Argentina te llena de pasión. Argentina te hace sentir que estás en la cima del mundo y vos sin querer alentar a esta banda que lleva más de treinta años soñando junta para un mismo destino… Porque no, no lo entenderías. Porque Argentina es eso, puro sentimiento.
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insight redacció
